miércoles, 25 de mayo de 2016

BORGEN Crítica a toda la serie

DR1, 2010-2013
Creada por Adam Price

Nota: 8’5


Cuando empezamos Borgen hace un año aproximadamente, no sabíamos qué esperar. Una serie de política, de origen y producción danesa, emitida por una cadena pública del país. La cosa no pintaba bien, acostumbrados a la ficción americana y con el visionado reciente de House of Cards, o aquella maravillosa tercera temporada de The Wire, cualquier cosa parecería poco.
  
Ya desde el primer capítulo nos sorprendieron: elecciones al Parlamento danés, Birgitte Nyborg se convierte en primera ministra de Dinamarca, y comienzan los juegos, los desmarques, el marketing, las campañas y los medios de comunicación, todo revuelto, de un lado para otro, mostrándonos la mejor y la peor cara de la política danesa.

Nyborg, presidenta del partido moderado, sube al primer puesto con un gobierno de coalición en minoría, con ganas de cambiar las cosas, de hacer de su territorio un lugar mejor, peleando siempre hasta el último momento. Nuestra protagonista es una mujer luchadora, con ideas claras y unos ideales políticos admirables, con capacidad de empatía y sensibilidad ante sus ciudadanos, bajo el respeto de unos derechos fundamentales. Ella es lo que todo pueblo quiere. Pero el camino para sus objetivos no es fácil, sino que debe luchar contra viento y marea, pasando por debajo de la cuerda de los diferentes partidos que integran el Palacio de Christiansborg, como el Partido Laborista, o el Partido de la Libertad.


La política es lo que importa en la serie, y no hay lugar para dobles tintas. Hemos visto como se elaboran leyes de educación o sanidad, como es el juego de poder entre los grandes partidos, las elecciones a primarias dentro de los partidos, e incluso sus propias tensiones y alguna que otra deslealtad política que nos ha dejado con mal sabor de boca. Pobreza, exclusión, inmigración, refugiados, guerras en Oriente, continente africano… Pocos temas le han faltado por tocar a Borgen, por no decir ninguno, posicionándose a la altura de unas expectativas altísimas.


Pero no podemos olvidarnos de los medios de comunicación, esos que son capaces de re-elaborar un programa político y hacer creer a la ciudadanía lo que la clase política más poderosa quiere, o lo que la ciudadanía espera oír. Los medios de comunicación manipulan, crean historias, pero también nos la transmiten, con intención de hacernos menos ignorantes. Ha sido un elemento muy presente en toda la serie, donde aparece nuestra querida Katrine, que proporciona una imagen de amistad y sinceridad, luchando por un periodismo justo y leal, aunque siendo crítica cuando haya que serlo. Junto a ella nos encontramos con Kasper Juul, el director de campaña y  consultor mediático de Nyborg, que tuvo una especial relevancia las dos primeras temporadas, disminuyendo la última. Kasper sabe lo que hace, conoce como se deben conseguir las cosas aunque la ética no se ajuste a todos sus planes, pero su vida gira en torno a su primera ministra y a los medios, olvidando en ocasiones aquello que le rodea.


En la tercera temporada, los medios de comunicación ha tomado un papel con tintes distintos, girando hacia la gestión interna de la cadena pública TV1, conociendo más a fondo la producción de noticias y programas televisivos, creándose debates entre audiencias y calidad que llevarán a Torben Friis, jefe de noticias, al límite, perdiéndose en un mar de presiones y críticas que le harán no ser el mismo.

Borgen es política, idealista si, pero política al fin y al cabo, transmitiendo un mensaje al espectador para que imagine que pasa de puerta para fuera, cuál es el precio del poder y hasta dónde están los políticos dispuestos a mentir para conseguir sus objetivos.

Ha sido una gran serie en la que, por sacar un punto negativo, le han sobrado tramas personales. Comprendemos que éstas son necesarias para comprender mejor a los personajes y poder juzgarlos desde otro punto de vista. La serie, compuesta por 30 capítulos, divididos en tres temporadas, supuso un escaparate para su trío protagonista que, casualmente, se encuentra rodando tres series para HBO: Game of Thrones, Vinyl y Westworld.


Lo mejor: Ese idealismo que transmite la primera ministra, que dan ganas de votarla.

Lo peor: Que sólo sean tres temporadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario