jueves, 8 de enero de 2015

Crítica ALABAMA MONROE



Bélgica, 2012
Dirigida por Felix Van Groeningen
Escrita por Carl Joos y Felix Van Groeningen


Nota: 8


No nos cansaremos de decirlo, si quieres ver buen cine, antes de acudir a las nominadas a mejor película en los Oscar, préstale un poco de atención a la lista de mejor película de habla no inglesa (también llamada película extranjera). En la pasada edición de estos premios competían cintas de una calidad incuestionable como son ésta, La Caza (Thomas Vinterberg) y la ganadora La Gran Belleza (Paolo Sorrentino), aunque estas dos están levemente por encima del film que hoy nos ocupa.



Alabama Monroe, o The Broken Circle Breakdown (título original), es una cinta que nos hará reflexionar sobre la vida reflejada en nuestros protagonistas, es un film que gana puntos cuantas más vueltas le damos tras el visionado, y más aún si encontramos a alguien con quien compartir nuestras impresiones.

La película nos cuenta la historia de Elise y Didier, dos personas aparentemente opuestas que se conocen, se enamoran y crean una familia. Esta vida nos la cuentan por trozos, en un orden aleatorio de secuencias, diseñadas de manera que entendamos la historia y descubramos qué ha pasado en determinados momentos para llegar a las escenas anteriores. El drama que sufren por la enfermedad de su hija es el eje de esta cinta, que nos narra de una manera muy realista la manera que tiene la pareja de sobrellevar esta situación.

Así, vemos como Didier (Johan Heldenbergh) y Elise (una increíble Veerle Baetens) intentan mantenerse unidos aún ocultándose sus miedos y reproches en los momentos difíciles pero estos acaban explotando en sus narices. Un vistazo a la vida tal y como es, con lo bueno y lo malo, básicamente lo que pedíamos a Boyhood (Richard Linklater, 2014) y por lo que nos encantó. Con discusiones que van desde la música hasta la religión. Discusiones que hacen que veamos a unos personajes reales. Cobra especial relevancia la que tiene por motivo sus creencias y como una parte de la pareja no cree ni quiere creer en nada, mientras que la otra necesita creer en algo más para poder ser feliz.

 Sí algo destaca en esta película, por encima de dirección e interpretaciones, es su banda sonora compuesta por el músico Bjorn Eriksson, de estilo country bluegrass, ya que nuestros protagonistas son músicos que tocan estas canciones en distintos pubs y estas letras nos guían a través del tiempo en el film.

Por otro lado, podemos achacarle falta de dramatismo en determinadas escenas tal vez con intención de mostrar mejor la vida sin recurrir a la lágrima fácil pero llama la atención como escenas muy duras pasan casi desapercibidas por el tacto dado por el director.

Lo mejor: La banda sonora. Y Veerle Baetens convenciéndonos a todos de que puede tratarse de una vida real.

         Lo peor: La falta de contundencia.

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