EE.UU. 2015
Escrita por Thomas McCarthy y
Josh Singer
Dirigida por Thomas McCarthy
Nota: 8
El argumento es sencillo pero
sobrecogedor: un grupo de periodistas de la sección de investigación del Boston
Globe llamada Spotlight empieza a descubrir en el año 2001 una trama en la que
la iglesia católica ha estado ocultando los escándalos sexuales por parte de
los sacerdotes de la ciudad de Boston. Estamos ante un drama periodístico en el
que lo importante es la investigación, así como conocer las funciones de los
diferentes responsables del periódico. Ésta es una cinta basada en hechos
reales, que sabe lo que quiere contarnos y que, por tanto, va al grano. No se
anda por las ramas con tramas innecesarias, sabe que la información es
primordial y sabe cómo engancharnos a ella.
Es una película necesaria, ya que
nos cuenta un tema de rabiosa actualidad que, como ya sabemos, el Vaticano
trata de ocultar a toda costa. Aquí vemos como es el nuevo director del diario,
interpretado con acierto por Liev
Schreiber, quien propone la noticia al equipo de investigación y cómo estos
van sacando a la luz las pruebas gracias a la colaboración de algunas de las
víctimas o de su abogado. En esta trama entran todas las partes, así que
también vemos a policías, abogados defensores de la Iglesia o mediadores. Es la
cantidad de nombres e información incompleta la parte negativa de la película,
que nos hizo dudar en un principio de quien hacía qué o qué papeles eran los
que faltaban, para ir descubriendo, mientras avanza la historia, tanto los
casos en sí como toda esa información que no habíamos entendido.
Irremediablemente esa oficina en
la que trabaja Spotlight nos ha recordado al sótano donde trabajaba el equipo
de McNulty en The Wire, incluso los
papeles de cada uno de los periodistas nos recuerdan a algunos de los
personajes del mítico grupo. Como curiosidad, Thomas McCarthy, director de esta cinta, interpretó al periodista
de cuestionable moral en la quinta temporada de esa serie. Los actores de esta
cinta trabajan a la perfección en conjunto, ya que sin grandes complicaciones
interpretativas consiguen regalarnos personajes muy creíbles. Nos quedamos con Mark Ruffalo, pero todos están
soberbios; Michael Keaton, Rachel
McAdams, John Slattery o Stanley Tucci. La historia es asombrosa a la par
que vergonzosa y merece ser vista, está hecha con un gran acierto.
Lo mejor: La gran labor periodística queda perfectamente reflejada.
Lo peor: El lío de nombres inicial te hace seguir la trama a la par
que resolver tus dudas sobre ellos.
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