EE.UU. 2014
Escrita por Jim Mickle y Nick
Damici (Novela de Joe R. Lansdale)
Dirigida por Jim Mickle
Nota: 5’5
La película nos habla de Richard Dane, un padre de familia texano
normal y corriente de finales de los años 80, éste es un enmarcador de cuadros
que una noche cualquiera sorprende a un ladrón en su casa y que con el miedo
del momento le dispara y mata. A partir de este momento Richard se ve
involucrado en una serie de violencia y corrupción in crescendo, donde nada es lo que parece y todo el mundo a su
alrededor parece ocultarle algo.
Estamos ante un triller con un
toque de cine negro que en su comienzo resulta del todo aburrida y predecible,
una cinta que podríamos ver sin duda un domingo por la tarde pero que a partir
de la media hora de metraje cambia sustancialmente su género para regalarnos un
cine de violencia gratuita decente, al más puto estilo Robert Rodriguez. Esto ocurre cuando, en pantalla, se juntan los
tres protagonistas: el mencionado C. Hall, Sham
Shepard y Don Johnson alternando entre esta violencia y ciertos momentos
más o menos cómicos.
En ningún momento deja de ser
previsible, y llaman la atención ciertos aspectos negativos, como las
intenciones del protagonista a lo largo de la cinta, pidiendo respuestas y
adentrándose demasiado en el fango, hasta tal punto en que su vida y la de su
familia pueda cambiar pero sin importarle, teniendo en cuenta que en principio
tiene una tranquila y calmada vida. Por otro lado la película se mantiene bien
y no se llega a hacer pesada pero hay que verla sabiendo a que tipo de cine nos
enfrentamos.
Lo mejor: El trío protagonista.
Lo peor: Una estética de violencia sin mucho argumento.
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