Creador: Veena Sud
Cadena: AMC, FOX
Nota: 6,5
The Killing es una serie de televisión, basada en Forbrydelsen, una serie danesa, que se caracteriza por su tira y afloja y la incertidumbre de si seguirá o no emitiéndose, ya que AMC la canceló en dos ocasiones y fue rescatada por la plataforma Netflix.
Hoy, hemos querido hacer una revisión de las dos primeras temporadas de esta serie, con la que tenemos una especie de amor-odio, pero que al final nos ha mantenido pendientes las dos temporadas.
Una noche cualquiera, Rosie Larsen es asesinada, comenzado una investigación de mano de los los detectives Linden (Mireille Enos) y Holder (Joel Kinnaman) que se encargarán encontrar al asesino, en una ciudad gris, como es Seattle. Cada capítulo supone una nueva sospecha de algún personaje, alternándolo con la desequilibrada vida de Linden y un compañero, Holder, que hasta el principio de la segunda temporada nos hace dudar de su lealtad. The Killing engancha, y mucho, ya que deseas responder a la famosa pregunta ¿quién mató a Rosie Larsen?, muy al estilo de la ya mítica frase “¿Quién mató a Laura Palmer?” en Twin Peaks, con la que guarda ciertas tramas en común que nos hacen dudar de su originalidad, pero disfrutas con cada nuevo interrogatorio y cada nueva pista. A la vez, nos adentramos en la lucha por conseguir la alcaldía y vivimos la campaña electoral de Darren Richmond, un político que quiere cambiar las cosas en su ciudad y apuesta por una nueva candidatura, junto a sus ayudantes Gwen Eaton (Kristin Lehman) y Jamie Wright (Eric Ladin), y que desde el primer capítulo, debido a que encuentran el cuerpo de la joven en uno de sus coches oficiales de campaña, éstos y el suceso están relacionados, hasta límites inimaginables.
El problema de la serie es que las dos temporadas se pueden resumir en una simple investigación que a veces puede hacerse hasta pesada, dejando cada capítulo con un nuevo interrogante, que durante la primera temporada hace que quieras ver el siguiente capítulo, pero que cuando sigue con el mismo mecanismo una segunda temporada, pierde credibilidad. Es decir, cada capítulo consiste en tachar un nuevo sospechoso de la lista, de forma tan repetitiva que, cuando ya lo tienes aprendido, sabes que quien te describan como sospechoso al final de un capítulo será inocente en el siguiente. Pero al final, nos sorprendimos por como terminó la vida de Rosie y quienes fueron los culpables, donde la avaricia y el amor son los verdaderos causantes, además de estar en el lugar y momento inadecuado.
Otro punto en contra para una serie de detectives puede ser que las tramas que más nos atraían eran las que no estaban relacionadas directamente con el asesinato, como por ejemplo el punto de vista de la familia Larsen tras la tragedia y su intención de superarlo o la candidatura del nuevo aspirante a alcalde. Así como algo que a nuestro parecer últimamente falla mucho en cine y televisión como es la (mala) creación del paso del tiempo (véase 12 Años de Esclavitud). En una serie en la que cada capítulo representa un día de investigación, y este paso no está del todo bien definido y no termina de apreciarse, haciéndonos dudar de si estamos en el día 8 o el 24, por ejemplo.
Quizás el punto fuerte de The Killing es la capacidad que han tenido, especialmente en la primera temporada, transmitiendo el sufrimiento de unos padres, y a la vez, una la mala actuación policial de Linden, que se comporta bajo un código propio sin atender a razones, como vimos en los primeros capítulos de la primera temporada, teniendo consecuencias nefastas para sospechosos que finalmente son inocentes, como el caso del profesor de Rosie.
Con un bajón considerable en la tercera temporada que comentaremos en un futuro cercano, esperamos una cuarta temporada que ponga un punto final digno para esta serie y sus protagonistas.
Lo mejor: Linder y Holder
Lo peor: el paso del tiempo, el excesivo número de sospechosos
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