Reino Unido, 2009
Dirigida por Duncan Jones
Escrita por Duncan Jones y Nathan
Parker
Nota: 8
En cualquier acto, crítica o
reportaje, siempre se recordará que Duncan
Jones, a parte de haber demostrado con sólo dos cintas estrenadas el gran
director que puede llegar a ser, es hijo del mítico cantante David Bowie. Así
que no hemos podido ser menos, para quien aún no lo supiera. A parte de este
apunte, que resulta nada más que anecdótico, estamos ante la primera, y mejor,
película de Jones (dos años después estrenó Código Fuente), en su género
habitual, la ciencia ficción, con un guión co-escrito por él mismo.
Sam Bell (un inmenso Sam Rockwell) es un astronauta que se
encuentra en la Luna para realizar un trabajo de extracción minera por un
período de tres años y que conocemos cuando sólo le quedan dos semanas para
volver a la Tierra junto a su familia. Sam se encuentra solo en la cara oculta
de la Luna y su trabajo consiste en recoger el mineral que diariamente extraen
sus tres excavadoras. Para ello únicamente cuenta con la ayuda de Gerty, un
robot de inteligencia artificial (al que pone voz en su versión original el
mismísimo Kevin Spacey), una versión
más anticuada del HAL9000 que dice querer lo mejor para su huésped, pero que
éste sospecha que le esconde algo de información. Además, las antenas de
comunicación de la Luna están rotas y se comunica con su familia y sus jefes
mediante grabaciones de vídeo.
Sam lleva una vida totalmente
rutinaria hasta que un día, tras sufrir un accidente, algo ha cambiado dentro
de la nave. No entraremos en spoilers, y es por ello que no podemos contar
mucho más del argumento, pero hemos de decir que si por algo llamó la atención
esta cinta es porque en un género donde nos han acostumbrado a recibir giros
inesperados de los acontecimientos durante un supuesto tercer acto, aquí nos
llega nada más empezar el segundo, y aunque durante un período de tiempo
dudamos de lo que está pasando en el interior de esta cápsula lunar, no tardan
en confirmar nuestras sospechas (o no) y nuestro protagonista trata de
averiguar el porqué de este giro como si se tratara del propio espectador.
Una película más que recomendable
para los amantes del cine en general, no sólo para los fans del género, ya que
no entra en grandes detalles complejos, se basta de escenarios sencillos y
efectos fáciles que hacen una gran película. Esto, sumado a una gran fotografía
destacada por su iluminación, y a una interpretación perfecta por parte de
Rockwell que caracteriza soberbiamente el desgaste de un astronauta atormentado
que no sabe lo que está pasando a su alrededor, hacen una película que merezca
la pena ver.
Lo mejor: Sam Rockwell y un guión sencillo pero efectivo.
Lo peor: El primer acto puede costar un poco.
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