sábado, 10 de octubre de 2015

MAD MEN Tercera Temporada


AMC, 2009
Creada por Matthew Weiner

Nota: 7’5


Nos encantó la primera temporada de Mad Men, la segunda pegó un leve bajón, y aunque al principio la tercera temporada no fue de lo más excitante, tenemos que decir que ha dado mucho juego.

La vida de nuestros protagonistas comienza a dar pequeños giros, inesperados, que nos dejan más de una vez con la boca abierta. Nuevos inversores llegan a Sterling Cooper, poniendo todo patas arriba. Despidos, nuevas estrategias, puestos inventados con el intento de motivar y diferentes arreglos que al final no traerán nada bueno. Al final, ante las locuras británicas, Sterling, Cooper y Draper crean su propia agencia de publicidad, con caras que conocemos, como Peggy, Pet y la secretaría más discreta, Joan.

Don Draper debe hacer frente a la revolución que está sufriendo su vida, con el nacimiento de su tercer hijo, la mudanza de su suegro a casa, o una Betty que comienza a distanciarse y que dará mucho que hablar. Don se ha mantenido constante en su vida, parece que no aprende nada de la segunda temporada, manteniendo sus “escarceos”, bebiendo demasiado, y trabajando por ganar cuentas importantes para la agencia.


Pero hablemos de alguien que tiene mucho que decir, y es que nuestra querida Betty lleva poniendo los pies en el suelo desde la segunda temporada, que comienza a conocer a su marido, porque si algo nos ha quedado claro en esta temporada es que todos, de una manera u otra, conocían a Don más que Betty. La infelicidad de nuestra rubia favorita está presente durante estas tres temporadas, y solo era necesaria la entrada en su vida de una tercera persona, Roger, capaz de darle un vuelco a su vida, y así ha sido. Betty marca punto y a aparte en la familia Drapper, dejándonos a todos con un extraño sabor de boca. Y es que la familia Drapper se ha roto, y no sabemos que camino tomará, con tres hijos en común, un Don destrozado y una Betty que comienza una vida nueva.

Pero nuestros personajes secundarios no se han quedado nada atrás. Peggy comienza a exigir, a darse cuenta de el potencial que tiene, y además encuentra un amor inesperado. Quizás Joan haya sido el personaje que más pena nos ha dado, ya que ha intervenido en pocos episodios, y como vemos, su vida no es la esperada con su marido médico. La agencia se ha desmoronado, han sufrido con la muerte del presidente Kennedy, que también representó la serie, y viven los momentos donde la lucha del pueblo negro.


Lo que está más que claro es la increíble representación que hace Mad Men de las circunstancias sociales y económicas de la época, creando una serie digna de mención, y eso que nos queda mucho todavía. Así pues, y sin más dilación, nos adentraremos en una cuarta temporada con muchas ganas, al contrario que nos pasó con la segunda temporada. Mad Men nos va a dar muchos buenos, y malos, ratos, y nosotros estamos aquí acogiéndola con las manos abiertas, esperando que nuestros publicistas cuentes sus vidas, viendo como Coca-Cola crece, los Hoteles Hamilton o diferentes empresas que son tan bien representadas.

Lo mejor: Betty, siempre.

Lo peor: inicio de temporada, demasiado lento e incluso aburrido.

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