martes, 10 de noviembre de 2015

Crítica LA GRAN BELLEZA



Italia, 2013

Escrita por Paolo Sorrentino y Umberto Contarello
Dirigida por Paolo Sorrentino


Nota: 8’5


Ésta es una cinta que entra muy bien por los ojos, puede gustarte más o menos, pero tiene una fotografía tan exquisita y tan bien cuidada que seguro disfrutarás cada escena. La vi hace un año y me quedé con las ganas de escribir sobre ella. Así que tras un segundo revisionado, con el que ha ganado puntos, os comento por qué me ha llamado la atención esta película.

La Gran Belleza nos muestra desde un principio la parte noble de Roma, con la excusa de unos turistas visitando una plaza, asistimos a algunos de los espacios más bonitos de la capital e, incluso, de Europa. Lejos quedan las localizaciones que recientemente hemos visto en la serie Roma Criminal. Acto seguido acudimos a una fiesta exclusiva, donde se mueven todo tipo de personajes, a los que conoceremos más adelante pero que nos dejan ver rastros de su personalidad. Estamos en un cumpleaños, el del mismísimo Jep Gambardella, a quien pronto nos presentan como es debido, ya que se trata del protagonista de esta historia.


Jep, Toni Servillo en uno de los mejores papeles vistos en los últimos años, es un escritor que vive del éxito de su primera y única novela escrita cuarenta años antes. Trabaja como periodista para un importante periódico pero su máxima en la vida es salir todas las noches, acudir a todas las fiestas y rodearse de mujeres guapas. Se siente casi parte de la aristocracia de la capital italiana. Por otro lado, y a diferencia de algunos de sus amigos, se sabe culto y con un gusto especial. Tiene un ojo diferente al resto para fijarse en los pequeños detalles que hacen bellas las cosas simples. Pero de pronto, tras cumplir los sesenta y cinco años, empieza a darse cuenta que su vida y la de quienes le rodean es una mentira.

Es una mentira porque está vacía. Vacía de sentimientos, de experiencias. Acude a performances falsas, de arte nulo, de pseudoartistas de monólogo escrito que quieren que su nombre aparezca en la presa. Tiene sexo pero no llega a disfrutar más allá del momento, anhelando siempre su primer amor. Las conversaciones con sus amigos no pasan del mero chismorreo. Y mientras se han llamar intelectuales. Estamos ante una película en la que hay que dejarse llevar, dejar que fluyan las imágenes ante nuestros ojos, disfrutarlas (y es que hay escenas únicas e irrepetibles) y que la revelación del gran Jep Gambardella nos haga, incluso, tener lástima por él.


Paolo Sorrentino es ya un director consagrado. Esta cinta ganó el Oscar a la mejor película extranjera en 2013, antes ya dirigió otros éxitos como Il Divo (2008) o Un lugar donde quedarse (2011), y próximamente estrenará Youth (La Juventud) con Michael Caine y Harvey Keitel que está recibiendo muy buenas críticas, al igual que en 2016 se espera que estrena la miniserie The Young Pope de HBO. Especial atención, a parte de la ya mencionada fotografía, a la banda sonora, con unos acordes que se quedarán grabados en nuestra memoria.

Lo mejor: Entra por los ojos como ninguna.

Lo peor: Que nos deja con ganas de saber más sobre la vida de Jep.

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