Showtime, 2015
Creada por Ann Biderman
Nota: 7
¡Cuánto ha cambiado esta serie en
un año! Parece que los guionistas se han puesto las pilas y han reformulado el
estilo narrativo, que aunque sigue los mismos pasos que temporadas anteriores,
nos deja ver lo que buscábamos cuando elegimos ver esta serie por delante de
otras y que sólo nos habían ofrecido con pequeñas pinceladas años atrás. Elegimos
Ray Donovan en un principio, cuando sabíamos más bien poco sobre la trama,
porque queríamos disfrutar con esa visión del solucionador de problemas, esa
mezcla perfecta que nos prometían entre el Señor
Lobo y Vic Mackey. Y sólo nos la mostraron en el piloto y en una serie de
tramas sin sentido que vinieron a continuación y que no eran más que simple
relleno para hacer más llevaderos los capítulos. Hasta esta temporada que,
gracias al guión, hemos podido disfrutar del Ray que andábamos buscando.
Que nadie se engañe a estas alturas. Éste es
un drama familiar, con algo de ficción podríamos decir, pero familiar. Las tramas
importantes son las que envuelven a la familia y cuantos más miembros estén
envueltos en ella, mejor. Arrancamos con Terry en prisión, nunca debió llegar a
ese punto, no debió hacer caso a Mickey, pero los actos tienen sus
consecuencias y lo está empezando a pasar mal a cuenta de las peleas con los
arios. Bunchy sigue hundido, sin esperanzas de arreglar ese problema que
arrastra desde la niñez y que le impide tener una vida social normal. Abby ha
dejado las cosas claras en casa, mientras su marido no sea sincero se queda
fuera, y aunque quiere tenerlo de vuelta hace todo lo posible por mantenerse
firme. Conor, por el bien de la serie, ha tenido una presencia casi nula esta
temporada, mientras que el peso de los hijos ha caído sobre Bridget, que ha
sido una de las grandes sorpresas con una actuación brillante dentro de una
trama un tanto cuestionable (el profesor de matemáticas menos inteligente de la
historia).
Y después tenemos a Mickey
Donovan, peso pesado de la serie, interpretado de maravilla por Jon Voight, quien probablemente sea el
personaje más destructivo de la actualidad televisiva. Todo lo que pasa por la
cabeza del abuelo de la familia tiene opción de acabar en muerte pero eso no le
frena a la hora de proponerlo como negocio serio a su familia y omitir los
riesgos. Este año tocaba el proxenetismo con venta de cocaína incluida y para
más señas, con la mafia armenia incluida, buscando llevarse el cincuenta por
ciento del pastel. Mickey sigue creyendo que puede con todo y eso siempre
involucra a alguno de sus hijos que, en lo que entendemos como la parte de
ficción de la serie, siguen confiando en él y cayendo uno tras otro. Al
finalizar la temporada parece que ya todos han aprendido.
Y por fin tenemos al
protagonista, a Ray, a un Liev Schreiber
más plano y vacío que nunca. Un papel principal que nunca pasará a la
historia de la televisión, y es que no tiene absolutamente nada. La antítesis
de Tony Soprano. Y eso no impide que
tanto en Emmys como en Globos de Oro esté año tras año nominado, sabiendo que
jamás se llevará uno, simplemente por ser un actor respetado del cine que ha
dado el paso a la televisión y que ha sido totalmente desaprovechado. Algo así
como las nominaciones a Matt LeBlanc en comedia por Episodes. Voight ya se
llevó un Globo a mejor secundario hace dos años, ahora pedimos la nominación
para la gran revelación del año, un actor capaz de hacer grandes papeles
cómicos como dramáticos, Eddie Marsan
(Terry).
A parte de su gran labor
interpretativa, ha sido la evolución de este personaje lo que más nos ha
gustado de la temporada. Como afronta su enfermedad, primero con miedo y
después con la ayuda de Abby formando ese gran equipo indispensable para la
familia. Al igual que Bunchy, ahora Brendan, que por fin parece haber
encontrado su camino.
Por otro lado, entre las
novedades de este año, tenemos al gran Ian
McShane como Andrew Finney, un millonario algo turbio que contrata a Ray y
nos ofrece la excusa perfecta para disfrutar de su trabajo. También tenemos a Katie Holmes, interpretando a su hija,
y tratando de convencernos de que es una femme fatale, algo de lo que está
bastante lejos. La familia Finney ha sido el trampolín perfecto para poder disfrutar
por fin de esta serie que volverá el verano de 2016 para una cuarta temporada.
Lo mejor: Eddie Marsan y ver a Ray en todo su esplendor.
Lo peor: ¿Puede seguir funcionando esta serie?