viernes, 8 de enero de 2016

OZ Cuarta Temporada

HBO, 2000-2001
Creada por Tom Fontana

Nota: 6

Seguimos con Oz, muy despacio, pero poco a poco avanzamos. Hemos llegado a su cuarta temporada, que a diferencia del resto, cuenta con el doble de capítulos, y lo hemos notado. Fue dividida en dos partes de ocho episodios cada una. Ha sido una temporada larga y dura a partes iguales, donde las muertes han tenido un protagonismo excesivo.

Oz no ha dejado de lado temas que lleva tocando desde sus inicios. En primer lugar, la pena capital sigue siendo un pilar fundamental, intentado mostrar diferentes perspectivas con sus presos correspondientes. Ahí vemos a Shirley Bellinger, condenada por el asesinato de su hija, y que elige una forma muy dolorosa de morir. Justicia, proporcionalidad y enfermedad mental son elementos que trata Oz ligado a la pena de muerte, junto con esos movimientos anti pena capital y un gobernador cuyo eslogan es la defensa de dicha condena.

Por otro lado, la dolorosa historia de odio entre Beecher y Shillinger sigue su curso, cada vez hacia un túnel sin salida donde los dos pierden más que ganan. Ellos han seguido la famosa Ley del Talión del “ojo por ojo”, pero han olvidado las consecuencias, y al final ambos se han quedado ciegos, bajo secuestros, muertes, venganzas y un intento de perdón sin resultado. Beecher, a quién la cárcel le ha quitado todo lo que quería, incluso esos nuevos amores carcelarios, es uno de nuestros delincuentes protagonistas, con el que más hemos empatizado desde el principio, por lo que hemos sufrido con él, y con sus decisiones.


A todo este clima de tensión, la lucha racial es uno de los graves problemas entre las paredes de Oz, y para conseguir poder y comercio, todo vale. Director y funcionarios intentan buscar una solución, que no resulta nada fácil, y con un Adebisi todopoderoso, creador de su propia banda en busca de un reino para él y los suyos. Negros contra hispanos; hispanos contra italianos; italianos contra todos, y un sin fin de guerras que darán lugar solamente a cuchillazos y muertes por doquier. Es, sin embargo, una de las escenas más repetitivas y que más criticamos esta temporada, el exceso de violencia y cuchillazos que hemos presenciado, algunos sin sentido alguno.

Y siguiendo con grandes personajes y temas grandes, la religión y Peter Marie rodean también las paredes de Oz. Nuestra monja preferida, quizás el personaje con más principios, cuestiona su fe, y todo lo que eso conlleva. ¿La ha abandonado Dios? O en palabras del Nietzsche, ¿han matado a Dios? En el otro lado de la balanza, aparece un nuevo reo, el reverendo Jeremiah Cloutier, predicador, que pondrá en tela de juicio tanto a Marie como a Said.

Parece que la temporada no va a terminar nunca, buscábamos respirar entre tanta sangre, pero Oz no ha dado ni un resquicio de oxígeno durante sus 16 episodios, porque cuando no era Beecher, era Adebisi, y sino ya está preparado O’Reily para hacer de las suyas. Y de repente entra un policía infiltrado para acabar con las drogas en prisión. Una trama que ha ido cuesta abajo y sin frenos, bajo la esencia de una crítica a los abusos de poder.

McManus pierde legitimidad conforme avanza la serie. Sus ideales resocializadores van perdiendo luz en una Ciudad Esmeralda donde el rojo y el negro se intercambian protagonismo, y un director con problemas familiares y personajes que provocaran un mal rumbo en su vida profesional.

            Como venimos diciendo durante toda la crítica, esta temporada ha sido, en nuestra opinión, la más flojita. Demasiada carga argumental, demasiada violencia, con un exceso de golpes interesantes pero que terminan siendo exagerado y no creíbles. Al final, los problemas siguen ahí, no hay puntos de inflexión en Oz, ni hay lugar para la paz o el amor.  Una buena serie, con la fuerte crítica que transmite ésta, debería replantearse sus momentos de acción. Sí, sabemos lo mal que está el sistema carcelario, pero todo lo malo ya lo hemos visto, y ahora buscamos algo más, aunque es posible que eso no exista. Dentro de poco comenzaremos la quinta temporada, en la que pedimos más escenas de mediación penitenciaria y menos asesinatos sin sentido

Lo mejor: Peter Marie y su mediación penitenciaria.

Lo peor: Repetición de escenas violentas.

Críticas de la PRIMERA, SEGUNDA y TERCERA temporadas.

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