AMC, 2010
Creada por Matthew Weiner
Nota: 8’5
Sí señores, vimos la cuarta
temporada a la velocidad de la luz. Nos enganchó, gracias al auge que tuvo la
tercera, y nos han atrapado cada uno de sus 13 capítulos.
Como sabemos, nuestra querida agencia cerró sus puertas, y
nuestros protagonistas tuvieron que empezar de nuevo en el mundo de la
publicidad en una pequeña habitación de hotel. Nunca los comienzos fueron
fáciles y esta temporada supone un punto de inflexión para la serie y la vida
de todos.
Antes de nada, y esto es lo más
destacable de la serie, nos hemos quedado hipnotizados con muchos de sus
planos, aumentando su calidad. El silencio impregna la sala, y no hace falta
diálogo para saber lo que Don quiere decirle a Peggy o qué sienten Joan y
Roger. Hay ocasiones en que los apasionados de las series, aparte de acción,
entretenimiento o intriga, necesitamos pequeños toques de arte, y en esta
ocasión, Mad Men lo ha hecho a la perfección.
Por otro lado, mucho han cambiado
la vida de nuestros personajes, ya no son aquellos
publicistas cuya vida iba
sobre ruedas, sino que comienzan a encontrarse con su interior; empiezan a ver
más allá de lo cotidiano y la rutina, y sin quererlo ni beberlo se han topado
con nuevas situaciones a las que no estaban acostumbrados. En primer lugar, Don
nos muestra su parte más humana, quizás con la que más hemos empatizado. Hemos
sufrido la muerte de su amiga más íntima, el casi descubrimiento de su
escondida vida, y como no, los líos amorosos. No sabemos como afectará su nuevo
matrimonio a Don, pero esperamos que pueda llegar a ser feliz, siendo él mismo,
sin mentiras, sin estrés.
Y en relación con Don no podemos
dejar de lado a Betty, esa que nos enamoró las primeras temporadas y que ahora
comienza a ser un personaje odioso, a la que no respetamos. ¿Dónde quedó la
Betty que cogió una mañana una escopeta para defender a su familia? Ahora ésta
lucha de otra manera, y no nos gusta. Lo que sí han dejado claro los guionistas
es el malestar constante que tiene consigo misma, siendo egoísta.
Sin embargo, Peggy, Peter o Joan siguen luchando por lo que
quieren y creen que es justo para ellos mismos. Peggy sabe que hace bien su
trabajo, que se esfuerza y es por ello que necesita un reconocimiento, pero no
siempre las cosas son como queremos. En nuestra opinión, Peggy es alguien
importante para Don, y aunque ella no lo piense así, sí hay pequeñas
demostraciones de cariño y reconocimiento por parte de la agencia. Es una nueva
etapa para el personaje, tanto a nivel personal como laboral, y nosotros
queremos seguir creciendo y luchando con Peggy. Al igual que ésta última, Peter
lucha, y no se cansa. Ahora con un bebé en casa, las cosas son de otra manera,
pero tiene clara su meta, y quizás empieza a ser quien tiene lo pies más en la
tierra de toda la agencia.
No ha sido un año fácil para Sterling Cooper Draper Pryce,
lleno de subidas y bajadas; de nuevos socios y otros que se van dejando a la
empresa apunto de perderlo todo. Pero al final siempre hay alguien que sabe
como jugar y como tirar las cartas, consiguiendo remontar y salir del hoyo.
Esperamos mucho de Mad Men, y
ojalá mantengan este buen nivel que han dejado esta última temporada, porque
entonces nosotros solo podremos decir cosas buenas de ella.
Lo mejor: los planos de muchas escenas relevantes.
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