lunes, 14 de diciembre de 2015

MAD MEN Cuarta Temporada


AMC, 2010
Creada por Matthew Weiner
Nota: 8’5

Sí señores, vimos la cuarta temporada a la velocidad de la luz. Nos enganchó, gracias al auge que tuvo la tercera, y nos han atrapado cada uno de sus 13 capítulos.
Como sabemos, nuestra querida agencia cerró sus puertas, y nuestros protagonistas tuvieron que empezar de nuevo en el mundo de la publicidad en una pequeña habitación de hotel. Nunca los comienzos fueron fáciles y esta temporada supone un punto de inflexión para la serie y la vida de todos.

Antes de nada, y esto es lo más destacable de la serie, nos hemos quedado hipnotizados con muchos de sus planos, aumentando su calidad. El silencio impregna la sala, y no hace falta diálogo para saber lo que Don quiere decirle a Peggy o qué sienten Joan y Roger. Hay ocasiones en que los apasionados de las series, aparte de acción, entretenimiento o intriga, necesitamos pequeños toques de arte, y en esta ocasión, Mad Men lo ha hecho a la perfección.


Por otro lado, mucho han cambiado la vida de nuestros personajes, ya no son aquellos
publicistas cuya vida iba sobre ruedas, sino que comienzan a encontrarse con su interior; empiezan a ver más allá de lo cotidiano y la rutina, y sin quererlo ni beberlo se han topado con nuevas situaciones a las que no estaban acostumbrados. En primer lugar, Don nos muestra su parte más humana, quizás con la que más hemos empatizado. Hemos sufrido la muerte de su amiga más íntima, el casi descubrimiento de su escondida vida, y como no, los líos amorosos. No sabemos como afectará su nuevo matrimonio a Don, pero esperamos que pueda llegar a ser feliz, siendo él mismo, sin mentiras, sin estrés.

Y en relación con Don no podemos dejar de lado a Betty, esa que nos enamoró las primeras temporadas y que ahora comienza a ser un personaje odioso, a la que no respetamos. ¿Dónde quedó la Betty que cogió una mañana una escopeta para defender a su familia? Ahora ésta lucha de otra manera, y no nos gusta. Lo que sí han dejado claro los guionistas es el malestar constante que tiene consigo misma, siendo egoísta. 
Sin embargo, Peggy, Peter o Joan siguen luchando por lo que quieren y creen que es justo para ellos mismos. Peggy sabe que hace bien su trabajo, que se esfuerza y es por ello que necesita un reconocimiento, pero no siempre las cosas son como queremos. En nuestra opinión, Peggy es alguien importante para Don, y aunque ella no lo piense así, sí hay pequeñas demostraciones de cariño y reconocimiento por parte de la agencia. Es una nueva etapa para el personaje, tanto a nivel personal como laboral, y nosotros queremos seguir creciendo y luchando con Peggy. Al igual que ésta última, Peter lucha, y no se cansa. Ahora con un bebé en casa, las cosas son de otra manera, pero tiene clara su meta, y quizás empieza a ser quien tiene lo pies más en la tierra de toda la agencia.
No ha sido un año fácil para Sterling Cooper Draper Pryce, lleno de subidas y bajadas; de nuevos socios y otros que se van dejando a la empresa apunto de perderlo todo. Pero al final siempre hay alguien que sabe como jugar y como tirar las cartas, consiguiendo remontar y salir del hoyo.


Esperamos mucho de Mad Men, y ojalá mantengan este buen nivel que han dejado esta última temporada, porque entonces nosotros solo podremos decir cosas buenas de ella.

Lo mejor: los planos de muchas escenas relevantes.

Lo peor: demasiados líos amorosos de Don.

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