Showtime, 2015
Creada por Hagai Levi
Nota: 8’5
Poco ha quedado de aquella serie
que tanto nos sorprendió en 2014, en la que nos contaban la infidelidad entre
un profesor y una camarera siempre desde el punto de vista de ambos, con la
excusa de un interrogatorio policial. Aquella serie tan original, ha derivado
en otra mayor, mucho más completa, en la que la tensión abunda en cada episodio
y donde hemos aprendido a comprender las acciones de cada protagonista después
de preguntarnos una y mil veces porqué tomarían determinadas decisiones. La
escena final de la temporada pasada era la policía entrando a casa de Alison y
Noah para detener a éste, en ese presente que nos contaban con cuentagotas cada
capítulo, y teníamos muchas ganas de saber que había ocurrido a continuación.
Las cosas han cambiado, como ya
hemos dicho, esta temporada. Para empezar ya no hay dos puntos de vista, sino
cuatro. Se han sumado Helen y Cole, ampliándonos mucho la información y con
tramas paralelas a la historia que seguíamos y que han resultado ser el punto
fuerte de la temporada. Si el año pasado disfrutábamos muchísimo de las
interpretaciones de Dominic West y Ruth Wilson, este año han cambiado las
tornas y tanto Joshua Jackson como,
sobre todo, Maura Tierney nos han
regalado los momentos interpretativos de mayor intensidad. Además, al
acercarnos al presente y acabarse el interrogatorio, el sistema de las
distintas versiones de la misma trama perdía fuerza, por lo que, aunque en
ocasiones sí que nos las muestran, la serie está más pendiente de contarnos
diferentes tramas en cada personaje, de manera que avanzamos a un ritmo mayor.
La temporada comenzaba en el
presente con Noah detenido, acusado de atropellar a Scotty Lockhart y con Helen
ofreciendo los servicios de su abogado para defenderlo, una trama que avanzó
poco a poco y en la que cada nueva pista era una sorpresa que nos dejaba sin
aliento al final de algunos episodios. Por otro lado teníamos el pasado, donde
ya no resplandecía el romanticismo como hace un año sino que la pareja, que
había empezado a vivir junta, no se compenetraba como cabría esperar. Noah está
obsesionado por darle un final especial a su segundo libro, mientras Alison
espera en casa la llegada de su pareja. Necesita algo más en su vida y se
siente atrapada por la relación, incapaz de confiar plenamente en él. Mientras,
Helen inicia una nueva relación con Max, sabiendo que no va a ninguna parte, y
Cole, destrozado por la ruptura, está viviendo una vida triste en solitario.
Las vidas de estos personajes
varían muchísimo a lo largo de la temporada con altibajos que nos han hecho
llevarnos las manos a la cabeza en más de una ocasión, preguntarnos el porqué
de sus decisiones o entenderlas perfectamente, odiarlos y amarlos. No son las
mismas personas al comienzo y al final, y eso nos encanta. Incluso llegamos a
entender a Noah cuando ya no podíamos odiarlo más, para que finalmente nos deje
sin palabras en esa escena final en la que se veía sin salida y optaba por la
decisión menos egoísta, más valiente. No podemos pedirle más a esta serie. El
año pasado ya ganó sendos Globos de Oro a mejor serie dramática y mejor actriz
(Ruth Wilson), y este año, aunque incomprensiblemente no está nominada como
serie, sí lo está Maura Tierney a mejor secundaria y no podemos más que
reclamar ese premio que tanto merece. Podéis refrescar nuestra opinión de la primera temporada aquí.
Lo mejor: Maura Tierney.
Lo peor: El final de temporada podría ser un buen final de serie.
Confiamos en que la tercera temporada merezca la pena.
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