Reino Unido, 2013
Escrita y dirigida por Steven
Knight
Nota: 8
Si hace unos días hablábamos
sobre Bronson, hoy toca otra cinta en
la que Tom Hardy es protagonista
absoluto, y esta vez si que no hay ninguna duda. Vuelve a ser otra película
inglesa de bajo presupuesto la que nos enseñe todo el potencial interpretativo
que tiene este actor.
Locke es un drama, con toques de
suspense, que nos presenta a Hardy en el papel de Ivan Locke, un contratista de
albañilería que tiene la obligación moral de hacer un viaje en coche, una noche
cualquiera, que cambiará por completo su vida. Más allá de viajes épicos, ésta
es una historia que sin estar basada en hechos reales, podría ser perfectamente
un día en la vida de muchas personas, un viaje que posiblemente rompa sus
familias o sus trabajos, pero que Locke necesita hacer.
Locke es una película atípica y
se desarrolla íntegramente en el interior del coche, con Hardy como único actor
“visual”. Como ya hemos visto con Robert
Redford en `Cuando todo está perdido`
(J.C. Chandor, 2013) o con Ryan Reynolds
en `Buried`(Rodrigo Cortés, 2010),
salvo que aquí cumplen una función importante las voces, esos familiares,
compañeros o conocidos de Ivan, que para sorpresa de muchos se tratan de
actores reconocidos como Olivia Colman,
Ruth Wilson (Luther, The Affair)
o Tom Holland (Lucas en Lo imposible). La trama gira en torno al día señalado, el
día que ninguna persona quiere que llegue jamás. Ese día para Ivan es cuando
una chica a la que apenas conoce y con quien tuvo una aventura de una noche le
dice que va a dar a luz al hijo que ambos esperan. La película cuenta esa hora
y media angustiosa de viaje hasta el hospital donde el protagonista, que ya ha
tomado la decisión de dar un apellido a su nuevo hijo, tiene que poner las cartas
sobre la mesa, confesar sus pecados a su mujer, calmar los nervios de la madre
de su futuro hijo y, por si fuera poco, lidiar con jefes y subordinados de la
empresa un día antes de comenzar uno de los mayores proyectos llevados a cabo
en Europa y de la que él es jefe de obra. Todo ello a través del manos libres
del coche. Una acumulación de llamadas donde cada palabra es importante para el
futuro de la vida de Ivan Locke.
Ésta película podría ser muy aburrida si no fuera
por él, Tom Hardy, que vuelve a crear un personaje único. Seguramente no
recibirá premios por esta actuación, pero crea a la perfección a un hombre de
apariencia formal, al contrario de lo que nos tiene acostumbrados, con un gran
rencor hacia su padre por haber tomado las decisiones equivocadas, cosa que él
no tiene intención de repetir; un hombre que ha de improvisar a cada llamada la
siguiente frase porque es imposible saber como va a resultar toda esta
información para familiares y compañeros en esta noche de carretera, una
persona que debe sacar de su cabeza todos sus miedos, todos sus pecados, para llevar
bien los problemas en los que él mismo se ha metido.
Tras las cámaras tenemos a Steven Knight aclamado guionista de
films como Negocios Ocultos o Promesas del Este (David Cronenberg,
2007), así como creador de la miniserie Peaky
Blinders, donde Hardy tiene un buen papel en su segunda temporada. Ambos
trabajan en una nueva serie, Taboo, con el actor en el papel principal, que él
mismo ha escrito. Knight realiza un trabajo en principio sencillo, pero que
tiene su complicación a la hora de filmar ya que un plano fijo dentro de un
coche aburriría y como ya nos descubrió Rodrigo Cortés con Buried es posible ir
un poco más allá, y crear escenas dentro de una misma. Lo que más podemos echar
en falta es lo que sabemos que no nos van a dar, como ya ocurriera con la cinta
protagonizada por Reynolds, y es lo que ocurre tras esas llamadas. Es decir,
queremos saber qué se está viviendo en esa casa en la que una mujer acaba de
enterarse que su marido espera un hijo, en ese despacho en el que un empleado
acaba de hacerse cargo con un día de margen del proyecto más importante de su
carrera, y en ese hospital donde una mujer está a punto de dar a luz sin saber
cuál será su futuro. Pero sabemos que esto no nos lo van a dar. Esto corre a
cargo de nuestra imaginación, y de unos diálogos muy bien elaborados que hacen
que estemos en todos esos sitios sin salir del coche.
Lo mejor: Tom Hardy.
Lo peor: La historia no llega a transmitir todo lo que debería.
"A diferencia de ti, voy a conducir hasta el lugar donde debo estar, para responsabilizarme de mi...gran cagada"
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