Creada por Tom Fontana
Nota: 8
La HBO en 1997 decidió producir
una serie que abarcaría el tema de la prisión, representando cuales son los
verdaderos problemas y formas de vida de la cárcel en EEUU. Oz narra la vida
dentro de la prisión de máxima seguridad, Oswald State Correctional Facility,
especialmente el nivel cuatro, conocido como “Emerald City” o “Ciudad
esmeralda”, que los fans de El mago de Oz ya recordarán, ya que era la ciudad donde residía el mago.
Cuidado
spoilers a continuación
Dicho bloque apuesta por la
rehabilitación de sus presos, con un tratamiento especializado y adaptado, pero
la realidad va mucho más allá, y es que
muchos son los problemas que tiene ciudad esmeralda, aunque nace con la
ilusión de construir un mundo mejor para los internos. Nuestros personajes son
peculiares, con vidas complejas o más simples, pero finalmente vidas, que deben
seguir desarrollando entre barrotes. Cada capítulo muestra las características de las prisiones, como la pena capital, las drogas, problemas
psiquiátricos, religión, problemas étnicos o simplemente, la propia
convivencia, haciendo difícil ese objetivo de resocialización, tan defendido
por uno de los personajes más soñadores de la serie, como es Tim McManus. Éste defiende la resocialización
del delincuente, la no coerción y el intento de cambiar las dinámicas de
prisión, porque Oz no solo intenta entretener al espectador sino que es una
denuncia al sistema penitenciario, que ha olvidado completamente el ideal
resocializador potenciando una socialización cada vez más contaminada.
Una de las
peculiaridades de Oz son sus introducciones y finales de capítulo, donde Augustus Hill, ex traficante y ex
drogadicto, realiza comentarios sobre la historia con una perspectiva social,
haciendo comentarios y pequeñas lecciones de vida. Pero muchos son nuestros
personajes en Oz, experimentando grandes cambios durante el transcurso de la
temporada, como el caso de Tobias
Beecher a quien la cárcel transforma totalmente, y seguramente éste caso
sea la primera denuncia de Oz a la sociedad, porque quizás la prisión sea el
peor de los remedios; es decir, como una persona socializada entra a cumplir
condena (sí, comete un delito) y no podríamos imaginar cómo termina Tobias la
temporada, siendo drogadicto y con grandes problemas de violencia.
Los capítulos están llenos de
acción, para nada es una serie lenta. Muertes inesperadas, guerras entre
blancos y negros basadas en la venganza, el proceso de la pena de muerte, y como
sabemos, la justicia es tan paradójica, que es capaz de castigar un asesinato
con otro. Oz ha sido capaz de realizar un capítulo donde vemos la ejecución de
uno de nuestros presos, Jefferson Keane,
eliminando un posible sentimiento de angustia o pena, poniendo simplemente,
la melodía adecuada.
La serie es una crítica, a
veces llevada hacia el extremo, pero trata temas que son de especial interés,
haciéndote reflexionar sobre el castigo. Es una mirada hacia el sistema, ese al
que pertenecemos todos, de una manera u otra, siendo víctimas o delincuentes.
No sabemos cómo avanzará, como
terminarán nuestros personajes, si serán capaces de eliminar una socialización
penitenciaria que se alimenta del fracaso y de las subculturas penitenciarias,
donde la corrupción está a la orden del día. Pero nos hace pensar, recapacitar
sobre nosotros mismos, empatizando con ellos e incluso apareciendo sentimientos
de venganza al ponernos en el pellejo del otro. Saber que nos quedan 5 temporadas
da hasta miedo, pero es un miedo que atrae, así que solo podemos avanzar, y
volver a escuchar esa intro que tanto nos gusta
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