Nota: 7
Empezaba temporada muy cargada,
con muchos frentes abiertos de los que esperábamos respuestas: la aparición de
varios millones de dólares y euros en casa de una anciana, la trata de chicas
mexicanas o la creciente rebeldía de Marco dentro de la policía. Y si algo
tiene esta serie es que cumple, le cueste lo que le cueste, o nos cueste a los
espectadores. Y nos ha costado y mucho. Hace dos semanas, FX anunciaba que cancelaba The Bridge, así que no tendremos una
tercera temporada. Esto puede deberse al problema principal de la serie en la
que entran demasiadas tramas y personajes como para seguirlo semanalmente. El
público estadounidense no debió conectar demasiado con ello. Aún así es una
serie que se puede seguir, mejor viéndola más habitualmente, para no perder el
hilo.
The Bridge es un remake de la
serie sueco-danesa Bron/Broen y en su primera temporada el hilo argumental era
muy parecido a ésta; un cadáver aparece en un puente que une EEUU con México,
al estar en ambos países al mismo tiempo, el detective mexicano Marco Ruiz (Demian Bichir) se une a la
policía de El Paso para tratar de resolver el asesinato. Al mismo tiempo
asistíamos a una masacre por agua envenenada de varios inmigrantes tratando de
pasar la frontera para cumplir el sueño americano, al descubrimiento por parte
de Charlotte Millwright de que su difunto marido participaba del contrabando
por un túnel que une su vivienda con México o el secuestro de una joven por
parte de un misterioso hombre.
Todo ello acabó desencadenando en
una crítica al sistema mexicano, donde desde policía hasta banqueros se reunían
en secreto con narcotraficantes y
participaban de todo tipo de corrupciones. Así como un sistema americano donde
distintas agencias disputan investigaciones priorizando sobre objetivos sin
importar como salga perjudicada la sociedad, visto en The Wire cuando el FBI
decide centrar todo el caso contra Barksdale para atrapar a políticos
corruptos.
Esta temporada empezaba con un
asesinato de un traficante mexicano en suelo americano, excusa perfecta para
que los detectives Ruiz y Sonya Cross (Diane Kruger) volvieran a
juntarse a investigar. Ésta vez Marco juega a dos bandas en las cuales no
termina de posicionarse, por una parte del lado de los narcos buscando venganza
por la muerte de su hijo y por otra parte con la policía tratando de detener a
los primeros, siempre tratando de ocultar a las otras partes interesadas su
continuidad al otro lado. Asistimos también al reencuentro de Cross con el
asesino de su hermana y todos lo que su autismo conlleva en el trato con este
tipo de personas. La investigación que llevan a cabo va más allá de una simple
guerra de bandas y pone de manifiesto todo el sistema corrupto en ese punto de
la frontera donde la CIA a través de diferentes bancos negocia con los
traficantes. Volvemos a contar con los periodistas Daniel Frye y Adriana
Mendez, un guiño a la serie por ser un profesional de cada nacionalidad, que
nos ayudan a entender toda la trama de corrupción y a sus personajes
principales. Aquí he de decir que, como ocurriera con Saul Goodman en Breaking
Bad, Frye con sus adicciones, su punto cómico y todo el drama real que
arrastra, daría para un más que prometedor spin-off.
Ésta es una serie de tramas pero
si por algo destaca es por sus personajes, en la segunda temporada aparece uno
que destaca sobre el resto, ella es Eleanor
(Franka Potente), una mujer calculadora con un oscuro pasado que lleva las
cuentas del cártel. Va dejando cadáveres sin importar raza, sexo o edad, todo
para cumplir su objetivo, del cual no estamos seguros hasta el final. Y que
sería de esta serie sin su pareja protagonista, Kruger y Bichir hacen un
trabajo realmente excepcional, tal vez como dúo no tengan toda la química que
nos gustaría, lo cual puede ser parte del guión, pero individualmente nos
regalan actuaciones brillantes, sobre todo ella, creando un papel difícil,
siniestro.
Los guionistas conocen muy bien
el tema y se nota en las tramas y diálogos. Con una fotografía muy cuidada podemos
hacernos una idea de la difícil convivencia entre razas en El Paso. Las tramas
se complican mucho hacia mitad de temporada, con demasiadas muertes tanto
amigas como enemigas, lo cual se agradece por ese toque de realismo, y recordar
los nombres se hace un trabajo complicado. Pero aquí los responsables trabajan
muy bien y en los cuatro episodios finales van cerrando los frentes con buenas
explicaciones y hacen que ese dolor de cabeza que nos daba tanta acción se
disuelva.
Posibles Spoilers a continuación
El final me dejó buen sabor de
boca, obviamente pensando en una tercera temporada, que no tendremos, para
terminar de cerrar las tramas. Quisiera saber qué pasará con Marco, pretendido
para jefe de policía y con intención de dejarla al mismo tiempo, tratando de
detener al mayor narcotraficante, Fausto
Galván, que conoce sus secretos más sucios, con un jefe imputado hasta las
cejas en todo tipo de corrupciones. Que pasaría con la CIA en su guerra contra
la DEA, con una jefa renegando de sus empleados para que no descubran sus
oscuras intenciones. Que acontecimientos esperan a Frye, ahora que el teniente
Hank, un gran Ted Levine (el capitán Stottlemeyer en Monk), les dejará redactar
la muerte del hombre de la agencia de inteligencia. Y por supuesto qué pasará
con Sonya Cross, sin ninguna intención de superar la muerte de su hermana,
empezando a preocuparse por una madre vagabunda, y habiendo capturado
recientemente a uno de los personajes más peligrosos de cuantos hemos conocido,
Eleanor Nacht, que nos dio una de las escenas más absurdas justo al finalizar
el último capítulo, así como necesaria para entender todo ese odio hacia su
padre.
Lo mejor: El ambiente creado y unos personajes muy potentes.
Lo peor: Tramas muy enrevesadas desde el principio de la temporada.
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