lunes, 1 de diciembre de 2014

MAD MEN Primera Temporada

Creador: Matthew Weiner


Productora: AMC



Nota: 8 





Lo sé, llegamos bastante tarde a Mad Men. Se estrenó en 2007, y ahora se ha confirmado que su séptima temporada será la última, pero todavía nos queda camino hasta ahí. Su nombre es un término, como vemos en su piloto, que comenzaron a utilizar los publicistas de la época para referirse a ellos mismos.  Mad Men es considerada una de esas series que todo seriéfilo (y no tan seriéfilo) debe ver, y es que tiene todos los componentes necesarios para ser una gran serie, además  de que su creador fue guionista en la  gran obra de arte “Los Soprano”. Para entenderla y poder disfrutar al 100% de ella es necesario ubicarnos en su contexto social.

Estamos en los años 60 en EEUU, en la agencia de publicidad Sterling Cooper en la Avenida de Madison, en Nueva York, donde descubrimos las vidas de nuestros personajes,  que reflejan la sociedad de la época, caracterizada por las diferencias de género y las relaciones de poder. Hablamos de la ciudad del whisky, los amantes, las máquinas de escribir, el tabaco (y mucho)  las amas de casa y la doble moral.  Si algo destaca de Mad Men es su ambientación, tan cuidada, realista y natural; es un guión complejo y lleno de detalles a tener en cuenta, además de un vestuario más que perfecto, acompañado de actores que aunque no son muy conocidos, son capaces de traducir la época que se respira. Es criticada por muchos por su lentitud, pero quizás eso sea su punto fuerte, y de ahí su realismo, característico de otras series como A dos metros bajo tierra.

 Pero nuestro personaje protagonista es Don Draper (Jon Hamm); ese apuesto director creativo, que durante los primeros episodios de la temporada parece tener una vida perfecta, con una mujer preciosa y unos hijos maravillosos, pero no es oro todo lo que reluce. Conforme pasa la temporada el personaje nos deja conocer sus secretos y sus amantes,  muestra poco a poco su historia, e incluso sufrimos con él.  Pero no pasa desapercibida su esposa Betty Francis (January Jones), tan dulce que parece no ser capaz de matar  una mosca, pero en una escena nos deja ver su parte más salvaje, sorprendiéndonos disparando con un rifle a las palomas de su vecino, con un cigarro en la boca cual mafiosa se tratara. Pero si algo nos llama de ella es lo insatisfecha e infeliz que está con su vida, y con ella misma.



La mujer tiene un papel característico en la agencia, y como no, en la sociedad en general. Secretarias acostumbradas a ser amantes de sus jefes, amas de casas felices donde casarse y tener hijos es el mérito de sus vidas, y otras como Peggy Olson (Elisabeth Moss), secretaria de Don, amante de Pete Campbell, que muestra la otra cara del mérito y el ascenso en una empresa donde el hombre tiene un papel protagonista.

Y disfrutamos de la publicidad, de las reuniones debatiendo el producto, la propaganda, como Don gana clientes cuando los creíamos perdidos, los mecanismos de venta y persuasión, además de  ver los cambios políticos de la época como la proclamación del presidente Nixon. 

Los personajes segundarios tienen un papel característico e importante en la serie a la hora de enseñarnos esa doble moral, como es Peter Campbell (Vinvent Kartheiser) , un niño rico que intenta tener todo lo que quiere  cueste lo que le cueste, además de arrogante y  desleal. Por otro lado está Joan Holloway (Christina Hendricks), que representa la secretaría modelo de la época, tan lista y discreta para todos los asuntos de la empresa, y amante Roger Sterling (John Slattery) socio de la agencia y amigo de Don.


Una primera temporada de contacto, de conocer a los personajes y familiarizarnos con ellos. De empezar a vivir sus vidas y echarlos de menos cuando terminan las temporadas. Hay grandes escenas, como la celebración para Peggy en el PJ Clarke al ser aceptada su primera campaña publicitaria, bailando todos al ritmo del rock &roll de Chubby Checker, sonando en el toca discos. 

Pero nos acercamos al final de la temporada y, nos quedamos conmocionados con Peggy, dando a luz y dejándonos con muchas preguntas sin responder. Pero si hay una escena que se ha llevado nuestra admiración ha sido ese final de temporada, con Don entrado a su casa, sentándose en las escaleras solo, sin nadie, mientras suena “Don’t Think Twice, It’s All Right” de Bob Dylan, terminando una temporada genial, llena de detalles que esperamos que no se pierdan en la siguiente, y queriendo más de una época tan cercana a la nuestra pero tan lejana a la vez. 

Lo mejor: el ambiente de la serie
Lo peor: la última escena de Peggy


“El día que firmas con un nuevo cliente, es el mismo día en que empiezas a perderlo” 


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